En estos tiempos que corren el conocimiento de la situación medioambiental del planeta
pesa ya sobre nuestras pequeñas conciencias incluso en los gestos más cotidianos. Cerrar el grifo al cepillar los dientes, ducharse en vez de bañarse o separar la basura para reciclar son sólo un ejemplo.
Disponer de zonas verdes de esparcimiento donde respirar aire puro, practicar deporte o pasear dentro de nuestro entorno es sinónimo de calidad de vida.
En definitiva, cuidarnos y cuidar al planeta son intereses que se han entrelazado.
Al hilo de esta exigencia y desde hace años, los organismos públicos han tenido muy presente el mantenimiento, la creación y la ampliación de zonas verdes en la ordenación urbana, dando al concepto de “desarrollo sostenible” una visión local.
Por desgracia no en todas las ciudades priman estos intereses, como es el caso de Calahorra y la política urbanística llevada a cabo por el Partido Popular, donde el desarrollo sostenible brilla por su ausencia.
Un claro ejemplo es el proyecto de un campo de golf y viviendas en la zona del pantano que se asemeja más al término de ladrillazo. A día de hoy el proyecto se encuentra estancado pero seguimos viendo un flamante cartel en una oficina ubicada en el Mercadal.
Otro proyecto aprobado hace cuatro años y que por fin se ha iniciado es la urbanización del sector Cidacos.
El primer agravio acometido fue hace unos meses durante las taréas de urbanización del sector, donde la empresa encargada arrasó 2,5 hectáreas de sotobosque de alto valor ecológico
Ahora, con el pretexto de dar acceso a la nueva urbanización, se quiere construir una carretera que comunique la actual calle Rioja con la urbanización. Se dotará a ésta de doble carril arrancando al menos 70 ejemplares de pino plantados hace casi veinte años. Y por si fuera poco, en su curso atravesará parte del Parque eliminando en total 5.000 metros cuadrados de zona verde, lo que representa el 9% de la superficie total del parque.
La única zona verde de Calahorra cuya ampliación a ambos márgenes del río era por todos esperada se ve ahora mermada e incluso ultrajada por el ladrillo, el asfalto y el tráfico.
De la determinación de los calagurritanos dependerá que los que deciden acepten y vean lo que para la mayoría esta tan claro . Aún estamos a tiempo ¡SALVEMOS EL PARQUE!
pesa ya sobre nuestras pequeñas conciencias incluso en los gestos más cotidianos. Cerrar el grifo al cepillar los dientes, ducharse en vez de bañarse o separar la basura para reciclar son sólo un ejemplo.
Disponer de zonas verdes de esparcimiento donde respirar aire puro, practicar deporte o pasear dentro de nuestro entorno es sinónimo de calidad de vida.
En definitiva, cuidarnos y cuidar al planeta son intereses que se han entrelazado.
Al hilo de esta exigencia y desde hace años, los organismos públicos han tenido muy presente el mantenimiento, la creación y la ampliación de zonas verdes en la ordenación urbana, dando al concepto de “desarrollo sostenible” una visión local.
Por desgracia no en todas las ciudades priman estos intereses, como es el caso de Calahorra y la política urbanística llevada a cabo por el Partido Popular, donde el desarrollo sostenible brilla por su ausencia.
Un claro ejemplo es el proyecto de un campo de golf y viviendas en la zona del pantano que se asemeja más al término de ladrillazo. A día de hoy el proyecto se encuentra estancado pero seguimos viendo un flamante cartel en una oficina ubicada en el Mercadal.
Otro proyecto aprobado hace cuatro años y que por fin se ha iniciado es la urbanización del sector Cidacos.
El primer agravio acometido fue hace unos meses durante las taréas de urbanización del sector, donde la empresa encargada arrasó 2,5 hectáreas de sotobosque de alto valor ecológico
Ahora, con el pretexto de dar acceso a la nueva urbanización, se quiere construir una carretera que comunique la actual calle Rioja con la urbanización. Se dotará a ésta de doble carril arrancando al menos 70 ejemplares de pino plantados hace casi veinte años. Y por si fuera poco, en su curso atravesará parte del Parque eliminando en total 5.000 metros cuadrados de zona verde, lo que representa el 9% de la superficie total del parque.
La única zona verde de Calahorra cuya ampliación a ambos márgenes del río era por todos esperada se ve ahora mermada e incluso ultrajada por el ladrillo, el asfalto y el tráfico.
De la determinación de los calagurritanos dependerá que los que deciden acepten y vean lo que para la mayoría esta tan claro . Aún estamos a tiempo ¡SALVEMOS EL PARQUE!
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