Quiero creer que es el calor...

Quiero creer que es el calor, la laxitud propia de los días sofocantes que a algunos les ablanda el seso o les derrite las pocas neuronas que dedican al civismo y al respeto de los demás. El calor del verano nos destapa, mostramos más el cuerpo pero también dejamos aflorar algo más de nuestro interior, actitudes que el invierno mantiene a buen recaudo y que en la relajación del verano… asoman en toda su gloria.

Y en estas… aparece Sánchez Dragó, personaje incalificable que desde el diario El Mundo se dedica a hacer chistecillos baratos con el apellido de la secretaria de organización del PSOE. O vemos cómo el buque insignia del grupo vocento, nada más y nada menos que el ABC nos deleita con titulares dignos del mejor periodismo cómo “Maleni es nombre de tanga” artículos ambos plagados del más rancio machismo.

Han pasado más de 100 años desde que España tuviera la primera ministra de toda Europa, la anarquista Federica Montseny… Recuerdo las primeras ministras tras la dictadura… no me acuerdo de Soledad Becerril, la primera ministra… yo tenía 5 años cuando fue nombrada (por aquel entonces andaba más interesada en otras cosas…) pero sí que recuerdo a las que le siguieron. Pioneras que tuvieron que verse juzgadas por su forma de vestir (de eso si que me acuerdo) de las que supimos si eran madres o no… cuestiones que nunca habían interesado de los políticos pero que si interesaban de las políticas… Eran tiempos en los que las mujeres tenían que vestirse de hombres, despojarse de todo rasgo de feminidad para poder ser tenidas en consideración, elegir entre la familia o la vida pública… etc. etc.

Por desgracia no hace falta irse tan lejos, aquí, en la muy noble y muy leal comenzamos el mes viendo estupefactos cómo el ayuntamiento se dedicaba a darle publicidad a un club de alterne… siendo la prostitución un forma de violencia contra la mujer, violencia sexual que ha sido usada como arma de guerra… ¿estaríamos tan tranquilos con unas cuantas minas antipersona en nuestra ciudad? Por mucho que las tuviéramos bien localizadas y perfectamente señaladas creo que todos dormiríamos inquietos sabiendo que tenemos en Calahorra un arma de esa clase… ¿no? El tema de “las Sirenas” y su anuncio en el “Conecta” ha estado en boca de toda la ciudad siendo el centro de tertulias y polémicas… y todavía lo sigue siendo, ayer sin ir más lejos tuve mi enésima conversación sobre el tema. Cómo este año no hay canción del verano aquí tenemos cantos de sirenas… confundiéndonos... intentando hacernos creer que la prostitución no es mala... que no pasa nada porque la concejalía de juventud la anuncie.

Así que con estos ejemplos sales a la calle y a veces parece que en lugar de avanzar vamos para atrás, al menos en esta ciudad. Cada día veo estupefacta cómo las miradas los comentarios son cada vez más descarados, sin vergüenza alguna, sin ningún tipo de respeto ni reparo. Esta ciudad cada día está dando más paso a ese machismo que se atreve a invadirte cuando vas tranquilamente caminando por la calle.

Yo creía que estábamos avanzando, que una mujer podía ser mujer, sentirse femenina si le daba la gana, que podía ser respetada sin tener que disfrazarse de hombre o esconder cualquier mínimo rasgo de feminidad bajo ropas holgadas pero… parece que me confundía.

Tendremos que salir las mujeres de Calahorra a la calle tapadas de los pies a la cabeza para no vernos asaltadas por aquellos que se creen en el derecho de escrutarte con evidente desprecio por tu intimidad, con sus miradas invasivas, inquietantes y despreciables… con palabras que a nadie le apetece oír y gestos que mas les valdría ahorrarse…

Un par de buenas amigas me contaban indignadas el grado insufrible de machismo que habían escuchado en los monólogos del certamen del café Oasis hasta el punto de abandonar el lugar por el malestar que les causaba lo gratuito de los comentarios… mientras la mayoría de la gente escuchaba tan tranquila, sin notar nada, sin sentirse escandalizados… riendo las gracias del machismo más contumaz. (Que conste por si alguien le da por tergiversar… que no tengo nada en contra del concurso en sí ni por supuesto de los organizadores, el café Oasis… aunque sí que les daría alguna pequeña recomendación para algún que otro monologuista)

¿Qué le pasa a esta ciudad?

¿Vivimos en este mundo o nos estamos precipitando hacia el pasado con una velocidad pasmosa? Me duele ver esta imagen de mi ciudad que me devuelven algunos ciudadanos y que temo que cada día se está extendiendo más, poco a poco, casi sin darnos cuenta… pero que cada vez aflora con más fuerzas, sin complejos

Lo dicho, quiero creer que es el calor y espero que las noches frescas de septiembre me devuelvan una visión más civilizada del país en el que he tenido la gran fortuna de nacer y recupere algo de la fe que he perdido en los habitantes de la ciudad en la que, a pesar de todo, vivo porque siento que es el sitio en el que quiero vivir.