Que diferentes son las cosas… que diferente es ver las noticias a protagonizarlas. El viernes nos tocó a nosotros ser los protagonistas…. uno se pregunta cómo, qué mecanismo usan los terroristas para decidir cuándo, dónde, a quién….. Cómo te sientas tranquilamente a decidir a quienes vas a destrozar, entre quienes vas a sembrar la simiente del terror, ¿lo piensan tan siquiera? Supongo que no.
Sea como fuere, el viernes 21 de Marzo de 2008 será una fecha difícil de olvidar en Calahorra. Siempre será el día en que la banda terrorista ETA escogió nuestra ciudad dejándola marcada de forma indeleble con su brutal violencia sin sentido.
Ya han pasado dos días y las imágenes y las historias han sido tantas y tan cercanas que parece que más que dos días haya pasado una eternidad….
El impacto de un atentado sacude el cuerpo y la mente… la onda expansiva te transporta a otro nivel, a un estadio distinto. Rasga la realidad y crea una situación nueva, desconocida, amenazante. Pasas de la cotidianeidad del día a día con sus alegrías y pequeños dramas domésticos a ser sacudido por un acontecimiento que remueve tus cimientos. Es difícil entender un acto así, es muy complicada la labor de asumir la violencia sin lógica, sin explicación ni justificación posible.
El estupor te paraliza dando paso al miedo cuyo sabor nadie puede definir pero que todos identificamos con claridad cuando lo sentimos, después llega el entendimiento, tu ciudad la gente que conoces ha sufrido un atentado, cuando puedes organizar la ideas un poco llega la rabia. Eso es el terrorismo… el uso del miedo intenso, miedo que engendra violencia, rabia, ira, sed de venganza….
¿Podemos dejarnos llevar, hemos de dejarnos llevar…? la respuesta es simple, NO, no podemos, no debemos. Son estos momentos los que nos miden, los que dejan de manifiesto nuestras fortalezas y nuestras miserias.
Fortaleza… la fortaleza está en no dejarse amedrentar… es seguir viviendo, fortaleza es limpiar los destrozos, reparar los daños y recuperar tu vida. Cómo le explicas a una persona cuya casa está totalmente destrozada que lo que tiene que hacer es no permitir a ETA que la transforme en una víctima… entre todos, con la ayuda de todos hemos de lograr que lo que ETA pretendía que fueran víctimas se transformen en supervivientes, en vencedores, vencedores ante el terror. La unidad, el apoyo y la solidaridad son las herramientas, las valiosas armas de las que dispone la sociedad civil para vencer. Nuestras armas no destrozan edificios ni hacen saltar cristales por los aires pero son mucho más potentes y son las que, esperemos que más pronto que tarde, vencerán.
¿Y las miserias? La miseria está en quien usa el daño y el dolor de los demás para atacar no a los culpables sino a sus adversarios políticos. Desperdician la oportunidad de unir fuerzas y colaborar entre todos para sacar réditos partidistas. Uno de nuevo se pregunta… qué buscan quienes deciden usar el dolor de los otros para beneficio propio, cómo se puede mercadear con el dolor, no todo vale.
Cómo ETA demuestra cada vez que actúa, el fin no suele justificar los medios.
Mi total solidaridad y apoyo moral a todos los perjudicados, material, física y psicológicamente, y mi total condena a un acto terrible y brutal, que viene a alterar el tranquilo devenir de nuestra ciudad.
ResponderEliminarFelicitar también a los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado, así como a la policía local por su magnífico trabajo en el rápido desalojo y acordonamiento del lugar de los hechos.
Dicho esto, y en base a vuestro comentario, me gustaría despreciar cualquier opinión partidista, o la autoimposición de medallas, utilizando un acto terrorista como base.
Ya se han escuchado estos días opiniones despreciativas, acerca de la no comparecencia el viernes en Calahorra de miembros del gobierno central, como si el sr. Mesquida o el sr. Camacho, fueran un cero a la izquierda. Por cierto, tampoco creo haber visto al sr. Rajoy o al sr. Acebes entre otros, apoyando a un alcalde de su mismo color político. Claro está, que ya han pasado los comicios electorales.
Por último, mi ánimo a los ciudadanos de Calahorra, y que estos asesinos, no alteren nuestras costumbres.
Un saludo.
Me faltan palabras para intentar infundiros más ánimo y coraje del que ya estáis demostrando.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, pronto acabará esta lacra.
Estimados compañeros:
ResponderEliminarLo dicho por los anteriores comentaristas. Ahora queda trabajar por los vecinos a los que se les ha perjudicado en su patrimonio y por lo que parece en algunos casos "sus vidas".
Ánimo y mis más sentidas frases, que en estos casos se lanzan, de apoyo y solidaridad.
Vuestro
La familia Socialista de Cuzcurrita, como no podia ser de otra manera se une en el dolor de Calahorra, repudiando el terror y las prácticas fascistas.
ResponderEliminarAnimo compañeros.
Mañana se cumplen nueve meses del atentado de ETA en Calahorra. Si tras la conmoción general de los priemros momentos era de esperar una paralización lógica de la frialdad del pensamiento, y que surgieran los sentimientos que esta acción nos provocó y dominasen nuestra opinión, es ilógico pensar que a nueve meses sigamos pensando lo mismo, por mucho que nos repugne.
ResponderEliminarDigo esto por que, a los pocos días del atentado, y dado que lo que se veía y se percibía en el lugar no era todo lo satisfactorio que pudiera pensarse, en orden a la protección de la mejor forma posible de los bienes públicos y privados, el Alcalde Pagola recibió una comunicación en la que se le exponía una pequeña muestra de cuáles debieran haber sido las acciones a realizar con el fin de afrontar con garantías de éxito las reparaciones que hubiera que afrontar, además de sugerirle algo de vital importancia para la ciudad.
Esto no era otra cosa que una reunión con los profesionales adecuados para que, de una vez por todas, se pudiese acometer la realización de un PLAN MUNICIPAL DE EMERGENCIAS, con el que disponer de una herramienta básica en el caso de que, por desgracia, hubiésemos de padecer otra situación de crisis, que no ya necesariamente por que nos coloquen una bomba, sino incluso para caso de incendios, inundaciones, riesgos tecnológicos, etc.
Pues bién, a día de hoy, nueve meses más tarde, ni ha habido reunión, ni ha habido intención de convocarla, ni parece ser que sea algo futurible. Simplemente, si vuelve a ocurrir alguna desgracia, estaremos a merced de la improvisación y de la buena voluntad de los profesionales que atiendan la emergencia, lo que a todas luces, es insuficiente por muy bien que lo hagan.